CRITICA EN EL PERIODICO "LA VANGUARDIA"
."El candidato" no es un filme político, sino una película que nos muestra el trasfondo de una cierta política. Un norteamericano guapo, buena posición, inteligente y bien situado por su apellido en el ambiente político del país, es elegido como candidato a senador por California. Frente al senador republicano, el joven abogado representa la apertura, la desconformidad con muchos aspectos de la sociedad establecida. Su campaña es vertiginosa. Señala los principales problemas del país: la criminalidad, el desempleo, la polución. El aspirante a senador <estilo Kennedy>, -es imposible ver el filme sin recordar a la desdichada familia de políticos norteamericanos- resulta como candidato por encima de cualquier predicción. Su personalidad evoluciona. Ya no es más que una pieza del aparato político de los Estados Unidos. Como las elecciones tienen en aquel país, bastante de "show", he aquí que el tema, le da a Richtie para realizar un filme movido, de moderna temática y al mismo tiempo que divertido, de un gran realismo. Michael Richtie, nacido en el año 1939, formado por la TV americana, donde alcanzó gran éxito, realizó dos filmes antes que "El candidato". Richtie ha llevado la película con ritmo trepidante. Una cámara rápida, voraz hacia el acontecimiento, un diálogo vivo, bastante ironía y un agudo espíritu crítico hacia el propio país. Ya sabemos que esto es lo que priva. La filosofía de la película es bastante desalentadora. "Ya eres un político", dice el padre del candidato a su hijo. Y el joven senador anonadado, como si hasta el momento el único objetivo de su actividad hubiese sido vencer al maduro senador republicano, se pregunta <¿Y ahora qué?>. Richtie es feliz poniendo de manifiesto la hora amarga en que los candidatos se enfrentan al deber de cumplir sus promesas electorales. En este filme, el senador por California resulta precozmente sensible, rápidamente consciente de las limitaciones de la política. El acercamiento a una realidad que retrata la sociedad americana se hace a través de un actor que conoce su oficio y que se presta muy bien a las necesidades del personaje. Robert Redford -el <Jeremias Johnson> de Sidney Pollack- me parece el intérprete ideal pra el papel del joven abogado aspirante a senador. Redford es sensible a la evolución que precisa el protagonista. Su personalidad queda en un primer plano del filme -directo, bastante esquemático pero incisivo y definitivo- que nos presenta el trasfondo de la política norteamericana. Al lado de Redford, otro actor con personalidad, Peter Boyle. Y un Melwin Douglas en el papel de senador McKay, padre del candidato, un hombre político, del que su propio hijo dice: <Sí, ha sido un triunfador, pero ignoro a quién ha favorecido el hecho, además de beneficiar a su persona>. Filme consciente, sin pretensiones de intelectualismos, que puede llegar a un amplio sector del público.- Angeles MASO
No comments:
Post a Comment